sábado, 20 de septiembre de 2008

La balada del mar salado


Hola a todos. Como cada semana toca hacer un pequeño comentario/recomendación sobre algún libro, película o canción que nos ayude a pasar mejor la semana, por lo menos, o la vida en el mejor de los casos.

Hoy dejaremos las películas para hablar de un género que está a mitad de camino entre el cine y la literatura: el cómic. Es cierto que puede que exista una idea del cómic como algo para niños o, en el caso de personas adultas, para frikis. Esto puede que sea cierto en algunos casos porque el "frikismo" abunda entre las personas adultas aficionadas a los comics, pero también hay que tener en cuenta que nos encontramos ante un medio de expresión artístico que tiene a menudo una calidad muy alta y en el que se funden buenos dibujos buen guion y un ritmo cinematográfico con primeros planos, contraplanos, etc....

Tampoco soy una persona que coleccione muchos comics y muy experta en los mismos. Sin embargo, sí tengo algunos autores preferidos, y, por encima de todos ellos, a Hugo Pratt, sobre todo conocido por la serie de Corto Maltés (Corto Maltese en el original), aunque su obra abarque otras temáticas y personajes.

Las historias de Hugo Pratt (Rimini (Italia), 1927, Grandvaux (Suiza), 1995) recuerdan a la buena literatura de aventuras que a penas se ve ahora, de autores como Joseph Conrad, Hermann Melville, C. Scott Forester (con la serie sobre el capitán Hornblower) o mi paisano y escritor de cabecera Pío Baroja con su serie de novelas sobre el mar ("Las inquietudes de Shanti Andia", "Los pilotos de altura"," La estrella del capitán Chimista", El laberinto de las sirenas" , por ejemplo). Todos ellos cuentan historias de personajes fuertes y solitarios enfrentados a un medio duro (el mar) que les imprime carácter.

La serie de comics sobre Corto Maltés tratan sobre un pirata aventurero nacido en Malta, pero sin patria fija, inglés por parte de padre y español por madre, una gitana sevillana que se fue a vivir a Gibraltar. Sus aventuras le llevarán desde el Pacífico durante la primera guerra mundial ("La balada del mar salado") hasta los comienzos del fascismo en Italia ("Fábula en Venecia"). Una vez más vemos que el autor refleja en sus personajes parte de sí mismo, ya que el creador de Corto Maltés también tuvo una biografía digna de una novela:

Hugo Pratt en Venecia

Hugo Pratt nació en Rimini, aunque se crió en Venecia, ciudad que siempre consideró como suya. Hijo de madre de origen judío Sefardí y padre de familia inglesa, emigró siendo adolescente a la colonia italiana de Etiopía donde su padre fue destinado como militar y el propio H. Pratt sirvió, con 14 años solamente, en el cuerpo de policía colonial italiano. Tras la derrota italiana en Etiopía, donde su padre murió en un enfrentamiento con los británicos, fue hecho prisionero e internado en un campo de prisioneros italianos, siendo allí donde comenzó a hacer dibujos y, posiblemente, a fraguar parte de las historias que empezaría a publicar a partir de los años 60. Después de una temporada como prisionero de guerra, volvió a Italia donde sirvió para el gobierno pro-aliado del Sur, estando a punto de se ejecutado por tropas de las SS en una de sus misiones. De estos movidos años, Hugo Pratt publicó libros gráficos como "Morgan" (sobre misiones del Special Air Service en Italia) y "Los Escorpiones del desierto" y, sobre todo, la excelente "En un cielo lejano", sobre la guerra entre británicos e italianos en Somalia y Etiopía en 1941. De esta última, tendré que escribir en alguna ocasión ya que se merece un comentario aparte por ser una de las mejores historias de aventuras, cumplimiento del deber, amistad y amores imposibles, que recuerde.

"En un cielo lejano". Una historia de pilotos de combate durante la guerra de Etiopía
entre británicos e italianos

Posteriormente, Hugo Pratt emigraría de Italia a Argentina donde se casó y empezó a publicar comics, volviendo a Italia en los años 60 debido al deterioro de la situación política y económica en el país sudamericano. Allí, en 1965, con una vida mucho más tranquila e instalado en su querida Venecia, empezaría la serie de Corto Maltés que se prolongaría hasta los años 80.

Los comics de Corto Maltés y la obra de Hugo Pratt, en general, aparte de ser excelentes historias de aventuras, también son una guía para la vida, como lo son las obras de Joseph Conrad o Pío Baroja. Son lecturas para todos los públicos, pero sobre todo para adolescentes que están definiendo su educación moral. No se me ocurren mejores principios para chavales de 14 años que los de un Corto Maltés, el perfecto antihéroe: pirata, mercenario y persona que no se somete a disciplina alguna, pero que jamás traiciona a sus amigos ni compañeros, aunque éstos sean piratas y criminales, y que siempre defenderá al más débil. Un hombre que sigue a su corazón y que sabe que sólo dependemos de nosotros mismos para salvarnos("Una gitana me leyó la mano y dijo que no tenía línea de la fortuna. Cogí la navaja de mi padre y me hice yo mismo una"). Frente a ellos destacan también otros personajes honestos, pero trágicos por estar atrapados en su propia moral que ya no va con los tiempos que les han tocado vivir. Hombres como el teniente de navío alemán Slutter (en "La balada del mar Salado") o el piloto Pietro Bronzi (en "En un Cielo Lejano") anteponen el deber y el honor a su felicidad personal y al amor, sirviendo como "la piel del tambor" (como diría Pérez Reverte) de las glorias de los poderosos a los que sirven, que finalmente les dejan tirados. Son personajes buenos y honorables que hacen verdad la frase del Cantar del Mío Cid: "Que buen Vasallo si tuviera un buen Señor". Y es que, como suele ocurrir en la vida real, el poder es la mayor fuente de corrupción y de maldad y destrucción conocida.

Respecto a la imagen de las mujeres en los libros de Hugo Pratt, son personajes fuertes e independientes, pero fuente de quebraderos de cabeza y de corazón: Corto Maltés les atrae, pero no es el tipo de hombre con el que se comprometería nadie, así que sus relaciones no duran demasiado: tiene una vida demasiado inestable. Por otro lado, los personajes honestos y cumplidores del deber, les son más atractivos, pero éstos huyen de la felicidad y acaban en la tragedia por su trasnochado sentido del honor ("Los ingleses me ejecutan por haber hundido barcos británicos, y los alemanes lo hubiesen hecho por haber desobedecido estas órdenes, eso sí, que no me falte el capellán antes de mi ejecución", dice el teniente Slutter cuando se despide de su querida Pandora en "La balada del Mar Salado").

Como de costumbre, os recomiendo que intentési no perderos este libro, el primero de Corto Maltés y, para mi gusto, el mejor de los que he leído. Os dejo una de mis partes favoritas, para que veais que Corto sabe encajar los desengaños amorosos como un caballero(si hacéis click encima podréis ver la página en tamaño grande):


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