domingo, 28 de septiembre de 2008

El Jugador, de Fyodor Dostoievsky

Hola a todos otra semana más. Hoy toca comentar y recomendar un libro que me leí hace bastante tiempo, la última vez hace unos diez años, pero del que me acuerdo bastante bien, sobre todo en cuanto a la sensación final que me dejo y sigo sintiendo cada vez que me acuerdo de el. El argumento lo recuerdo a grandes rasgos, lo que es bueno ya que así evitó la tentación de destrozar la lectura del libro por si alguien tiene curiosidad de leérselo.

La historia del libro es en gran parte autobiográfica. Refleja una parte de la vida de Dostoievsky, personificada en su alter ego en la ficción Alexei Ivanovich, dominada por el juego y el amor (no correspondido). Dostoievsky no tuvo una vida muy ordenada que digamos, y pasó buena parte de su vida de un casino en otro por Europa hasta quedarse arruinado. Durante esa etapa también persiguió, con poco éxito, a una de las mujeres de su vida, Apolinaria Suslova (Polina en el libro) en una relación con muy poco futuro, pero en la que se empeñó. En fin, cosas que suelen suceder ya que el amor, tanto hacia otra persona, como hacia uno mismo, como hacia un objetivo, trabajo, estudios, una causa, es el motor que mueve nuestras vidas, aunque también, como en esta historia, puede ser el camino hacia la destrucción. Y esta es una de las sensaciones que deja este pequeño libro de "El Jugador", que puede leerse perfectamente en una tarde: como un sentimiento tan noble en apariencia como el amor puede hacer tanto mal a una persona y llevarla hacia la autodestrucción.

La otra sensación que me quedó grabada fue la de la rebeldía o la de la capacidad que tenemos para rebelarnos: Alexei Ivanovich es un rebelde, pero no tiene el valor para rebelarse. Instructor de una familia de la nobleza rusa del Siglo XIX les acompaña durante sus viajes por Europa malgastando su patrimonio en el juego. Alexei se da perfecta cuenta que llevan (incluso él mismo) una vida de parásitos, de espaldas a la realidad y viviendo una vida vacía y sin lujo. Hay momentos en los que hay esperanza en los que parece que va a romper con todo ese absurdo mundo y que el amor le redimirá, pero finalmente se limitará a ser un mero cronista de su decadencia y la del mundo que le rodea. Puede parecernos una actitud bastante despreciable, pero no es demasiado diferente a la que tenemos muchas veces el resto de la gente. Sabemos donde está el bien, lo que está mal y cómo cambiarlo, pero sencillamente no nos atrevemos a dar el paso hacia la acción,.... aunque lo tengamos en la punta de los dedos.





No hay comentarios: